Tomaz Humar, un turista profesional

Así se define uno de los alpinistas más extremos de la actualidad. Humar siempre se había caracterizado por realizar escaladas muy comprometidas en solitario y en estilo alpino, pero en el verano del 2.005 se enfrentaba de nuevo a la pared del Rupal, en el Nanga Parbat (8.125m), considerada la pared más alta del mundo con 4.700m de altura. Anteriormente ya había conseguido grandes hazañas, como la cara sur del Dhaulagiri o la travesía trasalpina que le valió el Piolet de Oro en el 2002, pero también había sufrido accidentes que estuvieron a punto de costarle la vida. Curiosamente, el más grave lo sufrió en el tejado de su casa mientras estaba realizando un arreglo. Esto le supuso la rotura de las piernas por varios sitios, fémur, tobillos y para rematarlo la cosa se complicó con una trombosis de la que no se sabe muy bien como salió vivo. Le diagnosticaron la silla de ruedas para el resto de su vida, pero gracias a llevarle la contraria a los médicos que le pedían medicación y nada de frío, Humar decidió curarse a base de baños helados, dejar la medicación y mucho entrenamiento. Dos años fueron los que dedicó para conseguir recuperarse completamente. No tardó mucho tiempo en quitarse el mono de montaña ya que pronto abrió una impresionante vía en la cara sur del Aconcagua que le valió una nominación a una de las 5 mejores actividades del año (Piolet de Oro). A pesar de la gran actividad realizada en el Aconcagua, ésta iba a ser el paso intermedio para intentar conseguir su gran reto, La Pared del Rupal en solitario y en estilo alpino, reto que ya había intentado en tres ocasiones sin éxito. En esta ocasión tampoco lo conseguiría, aunque logró algo mucho más importante, regresar con vida. A los dos días de comenzar a escalar la montaña, un repentino e imprevisto cambio de tiempo lo atrapó en la pared a 6.000m de altura. La única solución que tenía es cavarse un agujero de nieve en la pared, rezar y esperar un milagro.
El milagro llegó del cielo, ya que después de una gran presión de la comunidad montañera (la Web de Humar registró 61 millones de visitas) y del gobierno esloveno, la armada paquistaní realizó el complicadísimo rescate, único en una pared del Himalaya, ya que a esas alturas no suelen volar los helicópteros (aunque recientemente había conseguido un helicóptero coronar el Everest) y menos en rescates en pared. Humar aguantó seis días a 6.000m de altura, extenuado, empapado, sin casi alimentos, ni gas, en lo que él llamaba “su apartamento con vistas” (agujero en la nieve). Para rematar el guión de película de Hollywood, cuando el helicóptero se acercó a la pared y lanzó la cuerda para que Humar se atara a ella, éste se olvidó de quitar el seguro que le unía a la pared y que por suerte se rompió al elevar el vuelo el “pájaro de hierro” (éste despiste es uno de los grandes miedos de los grupos de rescate y que ha provocado el derribo de varios aparatos y por consiguiente varias muertes).
Como vale más una imagen que mil palabras, mejor será que veais un par de videos del rescate http://www.humar.com/en/news1.php?id=194
Un servidor tubo la suerte de ver al protagonista de esta historIa hace tres años en la Librería Desnivel.

0 comentarios:

Publicar un comentario